Guantes, sombreros, mechones de pelo o alguna de las entradas para la gira de conciertos que iba a dar Michael Jackson en Londres han pasado de ser simples coleccionables a convertirse en artículos exclusivos sólo aptos para fans adinerados, ya que para adquirirlos hay que pagar precios desorbitados (según la casa de subastas online eBay, un simple guante blanco llegó a cotizar cuatro días después de su muerte por encima de los 50.000 dólares).
Pero no sólo los inversores individuales pueden sacar partido de la muerte del cantante. También lo hacen los institucionales. Unos, porque ya invertían en el Rey del Pop, y otros, porque quieren hacerse con los derechos de las canciones que tenía sobre los Beatles.
Dentro del primer grupo se encuentra ABP, el fondo de pensiones de los funcionarios daneses y el tercer mayor plan de pensiones del mundo, con 180.000 millones de euros en activos bajo gestión y más de dos millones de inversores.
En su plan estratégico 2007-2009, el comité de inversión aprobó destinar el 2% del plan a inversiones innovadoras. Fruto de esta decisión surgió un acuerdo con Universal Music, por el que la productora vendía a ABP una serie de catálogos musicales, que serían activamente gestionados a través de Imagemusic, en la que aún es la primera incursión de los fondos de pensiones en este negocio.
Derechos muy lucrativos
Y, precisamente, entre estas canciones figura uno de los mayores éxitos de Jackson: You are not alone. Un tema que puede generarle importantes beneficios si se tiene en cuenta que el fondo recibe dinero por cada vez que éste suena en cualquier radio del mundo o por cada vez que se vende un CD del fallecido cantante. Junto al tema de Jackson, también figuran en su lista de inversiones canciones tan conocidas como Baby, one more time, de Britney Spears o It never rains in Southern California, de Albert Hammond. Pero no acaba aquí la rentabilidad del Rey del Pop. O al menos eso es lo que va a intentar el fondo danés.
Y es que uno de sus portavoces ya ha reconocido a la agencia Reuters que está interesado en adquirir la joya de la herencia de Jackson: los derechos sobre las canciones de los Beatles. "Siempre estamos interesados en buenas oportunidades de inversión y el catálogo de los Beatles es uno de los más bonitos de toda la historia del pop". De momento, el fondo ha obtenido una rentabilidad en el primer semestre del 4,9%.
El plan de pensiones danés no es el único producto que puede sacar partido del negocio que está generando la muerte de Michael Jackson. La firma de inversión Marquee Capital, que requiere por parte de los inversores una inversión mínima de 10.000 libras, también puede verse beneficiada. Esta compañía se caracteriza por invertir sus activos en artículos de culto de artistas tan conocidos como Madonna, Robert Redford o Marilyn Monroe. Aunque los artículos relacionados con Madonna ocupan el 80% de toda su cartera, también invierte una parte de la misma en souvenirs tanto de Michael Jackson como de los Jackson Five.
Algunos ejemplos son uno de sus míticos sombreros, utilizado en un concierto de 1990, o uno de los pantalones negros con los que popularizó su paso de baile moon walk. Desde la firma no han querido confirmar si están pensando en vender todas estas piezas al mejor postor, pero sí han asegurado a elEconomista que "en pocos días realizarán una subasta de activos".
Todos quieren a los Beatles
Sin embargo, y aunque pueda resultar atractivo invertir en activos tan lúdicos como éstos, hay que tener en cuenta que éstos no son aptos para todo tipo de inversores, tanto por el riesgo que entrañan como por su falta de liquidez en el mercado.
La muerte de Michael Jackson, además de estar generando alguna que otra plusvalía a los inversores que tuvieran ya antes de su muerte algún artículo relacionado con él, también presenta grandes oportunidades para los que quieren heredar alguno de sus negocios. El que despierta más interés, al menos en Wall Street, es el catálogo de canciones de Los Beatles.
Jackson adquirió dicho catálogo en 1985 por 50 millones de dólares, con el consiguiente malestar de Paul McCartney, y diez años después vendió la mitad de los derechos a Sony. Ahora la mitad en poder del Rey del Pop está valorada en más de 500 millones. Y pese a lo desorbitado del precio, firmas como Colony Capital, Kohlber Kravis Koberts y Plainfield Asset Management ya habrían tanteado la compra, según informa The New York Times.