17 oct 2021

No mola, Carmen

Como una manada de buitres (con todo mis respetos a estos animales) tres señores se dedican bajo el pseudónimo de un nombre de mujer a vender libros. Historias que llevan un marketing feminista detrás brutal y que por un premiazo literario han descubierto la verdad de la identidad de la famosa Carmen Mola, alguien a quien han comparado con Lemaitre y D’Andrea. Elena Ferrante (pseudónimo también de Anita Raja) o con Dolores Redondo.



En esta reseña de ZendaLibros parece que le hicieron hasta una entrevista y todo. Pero la realidad es que detrás del pseudónimo de Carmen Mola, la ganadora del último premio Planeta, se escondian tres escritores y guionistas de televisión: Jorge Díaz (Alicante, 1962), Antonio Mercero (Madrid, 1969) -hijo del mítico creador de Verano Azul- y Agustín Martínez (Lorca, 1975) se llevaron el galardón de un millón de euros de la Editorial Planeta por su novela La Bestia.

La escritora Anna Ballabriga (La profecía del desierto) se hizo viral este domingo, 17 de octubre, al recordarse que ella ya lo "predijo" en 2020.


Todo esto ya ha tenido sus consecuencias. Con un vídeo publicado en sus canales de TikTok y Twitter, la librería madrileña 'Mujeres & Compañía', especializada en escritoras y feminismo, ha mostrado cómo han retirado los libros de las estanterías y han sido empaquetados para ser devueltos a la editorial.

Estaría bien que los hombres dejasen de ocupar nuestro espacio de una vez, porque lo que han hecho no mola.

Parece que vuelve la normalidad

Cuánto tiempo sin sentir la música en directo, vibrar con los que me rodean, sentir como recorre cada acorde mi cuerpo.



Lo experimenté este fin de semana con unos mini festivales en Mérida y un concierto del gran Kutxi Romero. Los primeros al aire libre, de pie, y sin restricciones al fin y al cabo. El del líder de Marea fue en el Palacio de Congresos de la capital extremeña, es decir, sentados, con mascarilla y a cubierto. El cambio del exterior al interior fue brutal, agobiante, incluso extraño. Después de tantos meses viendonos con el bozal y separados, me fue extraño al entrar en el auditorio. Me encantó lo que vi de Romero y sus acompañantes... pero el aire y el poder botar y beber, no tiene precio (y eso que Kutxi iba con entrada).

Música en directo, cerveza fría y amigos... ¿qué más se le puede pedir a la vida?

... Parece que vuelve la normalidad.