La vida es un remolino de curvas, altibajos, rectas y puentes donde de vez en cuando aparecen baches y lagunas.
Todo esto nos demuestra que la camino de la vida no es tan bonita como se cree. Por supuesto, el camino tiene momentos dulces y agradables, tan fascinantes que nos hacen soñar.
Cuando vuelas por el camino, no ves las piedras que se clavan más abajo. Cuando te dan una rosa solo ves su color rojo que brilla y resplandece escondiendo sus espinas más puntiagudas.
No es que no lo veamos, que en realidad no lo vemos, es que no queremos ver (no hay más ciego que el que no quiere ver). Todo adquiere sentido, o sinsentido según se mire, cuando pasa.
Es en ese momento cuando te das cuenta de todo lo que has hecho, dicho, pensado. Es cuando ves que en ocasiones has hecho más gilipolleces que nunca. Es cuando adviertes que se puede ser ciego viendo perfectamente.
Yo he despertado de ese sueño irreal, ese sueño subjetivo, ese sueño subrealista, que a pesar de creer que estaba completado por miles de colores, sobre todo por los del arcoiris, estaba lleno de negros, algunos grises y matices oscuros.
Ahora no lo veo todo claro, aun no. El color es algo amarillento, no blanco del todo. Pero pronto, muy pronto, todo seará blanquecino e irá cambiando de tonalidad conforme mi estado de ánimo, lo sé, siempre ha sido así: nubes de colores.
Por ahora, negro amarillento proyecto de blanco.
Todo esto nos demuestra que la camino de la vida no es tan bonita como se cree. Por supuesto, el camino tiene momentos dulces y agradables, tan fascinantes que nos hacen soñar.
Cuando vuelas por el camino, no ves las piedras que se clavan más abajo. Cuando te dan una rosa solo ves su color rojo que brilla y resplandece escondiendo sus espinas más puntiagudas.
No es que no lo veamos, que en realidad no lo vemos, es que no queremos ver (no hay más ciego que el que no quiere ver). Todo adquiere sentido, o sinsentido según se mire, cuando pasa.
Es en ese momento cuando te das cuenta de todo lo que has hecho, dicho, pensado. Es cuando ves que en ocasiones has hecho más gilipolleces que nunca. Es cuando adviertes que se puede ser ciego viendo perfectamente.
Yo he despertado de ese sueño irreal, ese sueño subjetivo, ese sueño subrealista, que a pesar de creer que estaba completado por miles de colores, sobre todo por los del arcoiris, estaba lleno de negros, algunos grises y matices oscuros.
Ahora no lo veo todo claro, aun no. El color es algo amarillento, no blanco del todo. Pero pronto, muy pronto, todo seará blanquecino e irá cambiando de tonalidad conforme mi estado de ánimo, lo sé, siempre ha sido así: nubes de colores.
Por ahora, negro amarillento proyecto de blanco.