Bajo la nieve
De voluptuosas penas se hicieron
las almas de los que desafiaban los
más crudos inviernos,
los que querían ver senderos bajo la nieve,
los que dejaban el corazón a merced
de las ventiscas de besos y caricias,
que mostraban amores de callosas manos,
de nudos atados a las formas caprichosas de nubes,
solo ellos saben lo que significa libertad,
aún siendo presos de narcisistas desidias,
de vanos pensamientos,
en ellos vi horizonte y destino,
aunque de nada me sirvió,
no puedo tener el brillo de sus miradas,
la demencia de sus insomnes noches,
no son mías las ansias de tirar muros
ni de crear fronteras invisibles,
mías son soledad y derrota,
cobardía y recelo,
atisbo de anhelo... y la nada...
y la nada...
Ando
En sueños ando surcando espaldas,
todas en una la tuya son,
ondulándose como el trigo,
hasta en pedregosos caminos
cimbreando la cintura,
haciendo un sexuado destino,
un dibujo de la penumbra,
en él alambro el desatino
de quererte hasta la muerte
ó por lo menos hasta el alba,
y con mis malos despertares olvidarte
cuando quiera ó cuando pueda
mientras vadeo los ríos,
los de siempre,
los de nunca,
de tus sueños,
de los míos.
De voluptuosas penas se hicieron
las almas de los que desafiaban los
más crudos inviernos,
los que querían ver senderos bajo la nieve,
los que dejaban el corazón a merced
de las ventiscas de besos y caricias,
que mostraban amores de callosas manos,
de nudos atados a las formas caprichosas de nubes,
solo ellos saben lo que significa libertad,
aún siendo presos de narcisistas desidias,
de vanos pensamientos,
en ellos vi horizonte y destino,
aunque de nada me sirvió,
no puedo tener el brillo de sus miradas,
la demencia de sus insomnes noches,
no son mías las ansias de tirar muros
ni de crear fronteras invisibles,
mías son soledad y derrota,
cobardía y recelo,
atisbo de anhelo... y la nada...
y la nada...
Ando
En sueños ando surcando espaldas,
todas en una la tuya son,
ondulándose como el trigo,
hasta en pedregosos caminos
cimbreando la cintura,
haciendo un sexuado destino,
un dibujo de la penumbra,
en él alambro el desatino
de quererte hasta la muerte
ó por lo menos hasta el alba,
y con mis malos despertares olvidarte
cuando quiera ó cuando pueda
mientras vadeo los ríos,
los de siempre,
los de nunca,
de tus sueños,
de los míos.
Colección: Ruidografías